sábado, 22 de junio de 2013

"Cartas a Patricia".-

Pedro L. Alcántara.-
 
14 Junio 2013



Querida Patricia:

De nuevo me siento frente al ordenador para continuar el relato de los recuerdos que aún conservo de unos años ya tan lejanos y, a la vez, tan próximos.

La vida, cuando somos niños, nos parece infinitamente larga, eterna. A medida que vamos avanzando por ese camino, la percepción que tenemos del tiempo se va modificando, de manera que cuando llegamos a la edad en la que ahora estoy, además de tener la sensación de que el tiempo se nos escurre entre los dedos como lo hacen los finos granos de arena de  las playas gaditanas,  aquellos años de la niñez nos parecen cercanos. Es entonces cuando nos damos cuenta de que la vida es muy corta. 
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Cuando regresé a Granada aún no había cumplido los seis años. Tenía un nuevo hermano, aunque mis primeros recuerdos sobre él son de un par de años más tarde.

Había sido nombrado un nuevo maestro para la escuela del barrio y cuando me incorporé, en el mes de Enero, me costó algún trabajo hacerme a la nueva situación. 

De los años 1960 a 1964, como antes te he comentado, mis recuerdos no son tan nítidos como los anteriores, así que es posible que mi relato a partir de ahora no siga un orden cronológico.

La vida en el barrio era tranquila. En la temporada escolar asistíamos a la escuela por la mañana y por la tarde. Apenas teníamos tiempo para jugar, con excepción del sábado por la tarde y el domingo. Cuando los días se iban alargando, ese tiempo de juego se ampliaba, hasta la fecha en la que nos daban las vacaciones, si no recuerdo mal, a finales del mes de Mayo. El período vacacional era largo, -volvíamos a las clases en Octubre-, por lo que disponíamos de tiempo suficiente para disfrutar de la libertad que nos proporcionaba vivir en un entorno colindante con la vega.

Pronto llegó un nuevo hermano, por lo que los mayores, -mis hermanas y yo-, empezamos a asumir algunas responsabilidades en la casa. Nos encargábamos de cuidar a los más pequeños y realizar otras actividades, como ir a las cortijadas cercanas para comprar leche, huevos, frutas y otro tipo de productos que se cultivaban en aquella zona de la Vega de Granada. De estas últimas tareas me encarga yo.

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18 Junio 2013

Querida Patricia:
Esta vez he tardado algo más en comunicarme contigo, pero aquí estoy de nuevo decidido a continuar "hurgando" en mi memoria y seguir compartiendo contigo los recuerdos de mi niñez.
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La calle “A”, o primera, de nuestra barriada, estaba situada frente al río Beiro, de ahí que a la Barriada de la Juventud también se la conociese como “El Beiro” 

Colección privada - R. Viladomat.Desde las aceras de la calle hasta el río habría unos 70 u 80 metros. Inmediatamente después de la acera, había un espacio de unos 4 o 5 m. cubierto de pequeñas piedras, -chinos-, redondeadas que se extraían de las arenas de los ríos. Cumplían la misión de evitar, en la medida de lo posible, los barrizales en la época de lluvia y las polvaredas en las de estío.

Desde el límite de aquella calle al río existía una primera hilera de árboles, uno o dos frente a cada casa.  Eran principalmente falsas acacias, alguna acacia, un par de catalpas y otro par de amelias, a los que posteriormente se unieron algunos  árboles de morera, situados en una hilera a pocos metros de la anterior. Más allá de los árboles de morera se extendía un espacio de unos 55 metros sin chinos; había, algo más allá, otra hilera de árboles, -acacias, falsas acacias y algún que otro olmo-, éstos ya muy cerca del cauce del río.

Colindando con la ribera del Beiro se levantaba una tapia que delimitaba una antigua fábrica de azúcar de la que creo ya te he hablado con anterioridad. Para salir de la barriada teníamos un puente. Atravesado el mismo, existían dos carriles: uno, a la derecha, que discurría entre las entradas a la antigua fábrica de azúcar y a los depósito que allí tenía la CAMPSA, [nosotros “traducíamos” estas siglas como Carne Asada Masticada Podrida Se vende Aquí]. El otro, a la izquierda, era un estrecho carril que discurría entre el río y una vía de ferrocarril que, desde la estación de RENFE, llegaba a los depósitos de CAMPSA. Este carril estaba a un nivel bastante superior, -que se iba incrementando a medida que se acercaba a una carretera denominada Camino de Ronda-, al del río o la vía. Más allá del Camino de Ronda, [era la carretera que ponía en conexión la que unía Granada y Málaga por el interior, con la que lo hacía con la costa granadina], se encontraba la estación de ferrocarril.

En el año 1963 se produjeron unas tremendas inundaciones que afectaron de manera muy especial al Sacromonte granadino. Muchas de las cuevas quedaron totalmente derruidas, otras totalmente inhabitables y sólo algunas quedaron casi indemnes. Los habitantes del Sacromonte, en su mayoría de etnia gitana, tuvieron que ser desalojados y reinstalados en varias lugares de la ciudad.

Uno de ellos fue la antigua fábrica de azúcar, -o de pólvora, como nosotros la conocíamos-, situada frente a nuestro barrio, que empezó a denominarse "El Chinarral". Creo recordar camiones militares que llegaban cargados de hombres, mujeres y niños. El ejercito instaló en los terrenos de la fábrica tiendas de campaña, donde se cobijaban las familias. Poco después se empezaron a construir pequeñas casas de ladrillos, hasta que aquellos amplios terrenos de la fábrica se convirtieron en un poblado marginal que se mantuvo durante muchos años. A sus habitantes los conocíamos como “los damnificados”.

Ello cambió mucho nuestras vidas, perdiendo una buena parte de aquella plácida libertad de la que disfrutábamos en aquel idílico barrio.
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Pedro L. Alcántara
pedroleopoldoalcantara@gmail.com
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https://twitter.com/PedroLeoAlcanta
Fuentes:
               Texto:  
                                         -  "Cartas a Patricia" - Colección privada. (R. Viladomat) 
               Fotografías:  
                                         -  Colección privada. (R. Viladomat) 
                                         -   http://www.otragranada.org/spip.php?article324
                                         -   Blog "Cádiar y mis cosas"


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