sábado, 6 de julio de 2013

El colapso de la civilización industrial.-


 No somos hijos de las estrellas, somos hijos de la Tierra y nietos de las estrellas.

 
Supongo que como otras muchas personas, en distintas oportunidades he comentado con compañeros y amigos la insostenible situación en la que se encuentra actualmente nuestro planeta. Situación que ha propiciado, fundamentalmente, nuestra civilización industrial con ese desmedido afán por obtener  riquezas sin considerar que esa "nave espacial" que denominamos Tierra está siendo brutalmente esquilmada en sus recursos naturales y  obligada a soportar unos índices de contaminación ambiental que están incidiendo de manera notable en los ciclos naturales del ecosistema global.

Tanto los gobiernos de la mayoría de países, como las grandes corporaciones transnacionales,  han venido siendo, en gran parte, responsables del deterioro y de  las condiciones en las que hoy se encuentra nuestra Pachamama.  

El pasado 17 de Junio, Víctor Toledo, biólogo y profesor de la Universidad Nacional Autónoma de Méjico, (UNAM), afirmó, en el transcurso de una conferencia que impartió en la sede de la Fundación Euroárabe de Altos Estudios, que la crisis en la que estamos inmersos no es una más de las que se han sucedido en las últimas décadas, sino que "estamos ante una crisis de civilización, la crisis de la civilización industrial" (sic).

Dando por cierto que en los próximos treinta y cinco años, -decía el profesor Toledo-, la población mundial crecerá en dos mil millones de personas,   la población del planeta  en los años cincuenta de este siglo XXI, estará en torno a los nueve mil millones de seres humanos.

Según las previsiones que existen, los combustibles fósiles, -petróleo, gas y carbón-, se agotarán o estarán próximo a agotarse en un plazo no superior a  treinta y cinco o cuarenta años.

Si a lo anterior unimos la probable producción limitada de alimentos y los efectos que se seguirán produciendo como consecuencia del cambio climático, hemos de concluir, con el profesor Toledo, que estamos ante una situación de emergencia y es necesario buscar vías alternativas que posibiliten evitar o paliar de manera ostensible la situación catastrófica a la que nos estamos viendo abocados.

Soy consciente de las dificultades que comporta hacer entender a la ciudadanía en general, especialmente a los que integramos esa cultura que impera en el Norte Global occidental, la perentoria necesidad de introducir profundas modificaciones en nuestro modo de vida.

Tampoco es fácil hacerlo entender a los representantes políticos de la ciudadanía que reside en países que están colaborando de manera especialmente activa en ese proceso de deterioro del planeta.

Hemos de tomar conciencia de la situación de emergencia a la que aludía el profesor Toledo y rechazar con firmeza el actual modelo de desarrollo, al tiempo que buscamos otros modelos que estén sustentados en presupuestos totalmente distintos a los que han favorecido una sociedad desarrollista, insolidaria e injusta, en la que se han establecido como valores supremos el consumismo a ultranza y un determinado hedonismo directamente relacionado con el anterior.

Además, el actual modelo de desarrollo ha generado una sangrante diferencia entre los países del Norte, -históricamente explotadores-, y los del Sur, -históricamente explotados-, Global. De aquí la insolidaridad e injusticia a las que aludía en el párrafo anterior.

Apuntaba el profesor Toledo que una vía para salvar esa situación de emergencia es la denominada "modernidad alternativa" (sic), vía que ya se está poniendo en marcha en determinadas zonas de Latinoamérica. Sus presupuestos son:

 Presupuestos éstos que sólo podrían ser aplicables con la efectiva implicación de los gobiernos de los distintos países, cuyos políticos habrían de dar una especial relevancia a unos valores tradicionales que aún se mantienen  en buena medida en gran número de las siete mil culturas indígenas que aún existen en nuestro planeta.

Así, son los aymaras y los quechuas, -dos culturas precolombinas andino-amazónicas, asentadas en varios países de América del Sur-, los que sostienen ese presupuesto del "Buen vivir" anteriormente indicado, que en nuestros días está siendo estudiado y valorado por pensadores y diversos movimientos sociales, de carácter básicamente ecologista, del resto del mundo.

Decía anteriormente que sería necesario contar con la firme decisión de nuestros representantes políticos para llevar a efecto una profunda modificación en nuestro modelo de desarrollo. No sería ello una empresa fácil. Como sostuvo el profesor Toledo en su conferencia: "los partidos políticos están trabajando para las grandes corporaciones, no para los ciudadanos" (sic).

Hemos de ser, por tanto, los ciudadanos y ciudadanas de cada país los que demandemos y lideremos un profundo cambio en nuestros actuales sistemas políticos que posibiliten las condiciones necesarias para que los presupuestos de esa "Modernidad Altenativa", que postula el profesor Toledo, se puedan ir instaurando como el modelo de desarrollo en las próximas décadas. 

Para llegar a conseguir ese cambio en nuestros sistemas políticos, existen dos vías: 
  
  • Realizarlo desde dentro del sistema, con la participación efectiva de la ciudadanía.
  • Mediante una revolución. 

No soy partidario de revoluciones, [pero sí de movilizaciones no violentas],  y así lo he expresado en muchas ocasiones en conversaciones con dirigentes de distintos movimientos ciudadanos y públicamente cuando la ocasión lo ha requerido. Una revolución podría ser totalmente incruenta, pero ello no está garantizado.

De ahí que postule con tanta vehemencia la participación de la ciudadanía en el control de la política institucional y la gestión de lo público, utilizando los escasos instrumentos con los que hoy contamos para abrir las vías legales necesarias para alcanzar tales objetivos. Uno de esos instrumentos es, en la Comunidad Autónoma de Andalucía, la iniciativa que tiene como finalidad la elaboración por parte de la ciudadanía de la denominada "Ley Andaluza de Participación Ciudadana", [-para nuestro foro su denominación habría de ser   "Ley Andaluza de Participación Ciudadana y Control sobre la Política Institucional y Gestión de lo Públicos-], que, de no contar con el apoyo y movilización de la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas de Andalucía, podría quedar en una simple declaración de intenciones, si es que alguna vez se inicia su tramitación parlamentaria.

Las sociedades que hoy configuran el mundo moderno constituyen la última fase de un proceso de deterioro tal que sólo con la firme voluntad de la ciudadanía global será posible evitar que en poco más de tres décadas se produzca un profundo colapso a nivel global.

Ya no hay tiempo para perdernos en interminables debates sobre las posibles soluciones, es el momento de actuar.
   



Fuentes: 

  • Conferencia "Memoria Biocultural, Pueblos Indígenas y Cooperación: El caso de Latinoamérica",   impartida por el profesor de la UNAM Víctor Toledo, el día 17 de Junio de 2013, en la sede en Granada de la Fundación Euroárabe del Altos Estudios e incluida en el ciclo "Pensar el   Desarrollo: Perspectivas del Sur", organizado por el Centro de Iniciativas de Cooperación al Desarrollo, (CICODE), de la UGR, -adscrito al Vicerrectorado de Relaciones Internacionales y Cooperación al Desarrollo-,   en colaboración con la Fundación Euroárabe de Altos Estudios y cofinanciado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el desarrollo.
  • Nota del CICODE  informando sobre la celebración del ciclo de conferencias.

Fotografías:
  • Google.
 Semblanza del profesor Víctor Toledo:
  

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