Es indignante, presidente,
¡INDIGNANTE!.
Hace unos minutos he conocido, a través
de los informativos de TVE-A, que el portavoz de la Junta de
Andalucía ha manifestado que esta institución asumirá el coste de
la defensa de aquellas personas, -políticos y funcionarios, me ha
parecido entender-, que están imputadas en el caso de los ERE's,
aduciendo que ello está contemplado en los Reglamentos.
Confieso que la indignación que he
sentido ha sido de tales proporciones que aún me tiemblan las manos
sobre el teclado.
¿Cómo es posible que muchos
ciudadanos y ciudadanas no puedan acudir a los tribunales por falta
de recursos económicos para abonar las nuevas tasas y a unas
personas que presuntamente han delinquido contra los intereses de
toda la ciudadanía se les otorgue un trato tan preferente?.
¿Cómo es posible que presuntos
delincuentes, que presuntamente han saqueado los fondos públicos,
enriqueciéndose, -o enriqueciendo a sus acólitos-, tan
injustamente, se vean ahora beneficiados con el pago de los costes de
sus defensas a cargo de unos fondos que pertenecen a toda la
ciudadanía?.
¿Hasta dónde piensan llegar ustedes,
presidente?. ¿No les basta con tanta corrupción y corruptelas que
durante décadas han sentado sus reales en la Administración Pública
Andaluza?. ¿No les basta con las prerrogativas que las normas
vigentes les conceden por ser representantes de la ciudadanía?.
¿Y son ustedes los que militan en un
partido que se denomina “Socialista y Obrero”?.
Por favor, presidente, déjense ya de
abusar del miedo, del hartazgo, de la falta de información, de la
falta de formación política y del pasotismo de la mayoría de
los ciudadanos y ciudadanas de esta Andalucía nuestra.
Asuman sus responsabilidades de una
vez. Recuerden que si están donde están es porque esos ciudadanos y
ciudadanas han confiado en ustedes y les han cedido temporalmente el
poder y la autoridad, -de las que nosotros somos
titulares-, para que gestionen los asuntos que afectan a todos, los
asuntos Públicos. Sin esa cesión temporal de poder y autoridad,
ustedes no serían más que cualquier otro ciudadano y ciudadana...Y
deberían seguir siendo así, aún revestidos de ese poder y
autoridad.
No vengan a decirnos que como unos
reglamentos así lo establecen, van a pagar con el dinero de todos
los andaluces y andaluzas la defensa de unos presuntos delincuentes.
Ello será todo lo legal que ustedes
quieran, [no olvidemos, no obstante, que han gozado durante más de
treinta años de la capacidad suficiente para legislar según su
criterios...o intereses.], pero, desde mi perspectiva, es totalmente
ilegítimo e injusto.
No queremos, presidente, que nos ofrezcan,
-como a niños inconscientes-, unos “caramelitos” envueltos en
magníficos envoltorios que denominan Ley Andaluza de Participación
Ciudadana o Ley de Transparencia. No, presidente, queremos un control
efectivo sobre la política institucional y la gestión de lo
Público.
Ha quedado suficientemente demostrado
en estos años de democracia representativa, que no ejercer ese
control sobre ustedes ha convertido nuestra democracia en un
presunto reducto en el que se ha dado presuntamente asilo a
individuos de presuntamente sospechosa catadura moral, o, para ser
más explícitos, en una presunta cueva de presuntos ladrones.
Ustedes, y nosotros por consentirlo,
presidente, hemos prostituido nuestra democracia. Una democracia que
es necesario rescatar de las sórdidas mancebías a las que la hemos desterrado.
Esto que le estoy diciendo a usted,
Presidente de la Junta de Andalucía, se lo puedo decir igualmente al
Presidente del Gobierno de España. A los que militan en el Partido
Socialista Obrero Español y a los que militan en el Partido
Popular.
Desgraciadamente, ni un partido ni otro
ha velado por los intereses de los ciudadanos y ciudadanas, sino por
los suyos propios, ya sea a nivel de partido o de determinados
componentes de los mismos, traicionando de manera reiterada la confianza que la ciudadanía ha depositado en ustedes.
Ya he comentado con anterioridad que se
ha permitido que la corrupción y las corruptelas se extiendan por
nuestros “tejidos políticos” como un cáncer infiltrante, que
está afectando desde la Corona hasta las más modestas
administraciones locales.
Y esto no puede seguir así,
presidente. Durante meses he venido postulando un profundo cambio en
nuestro sistema político realizado desde la no violencia y en el
marco de las instituciones.
No es una idea tan descabellada, considerando
que esa fue la manera en la que transitamos de un estado totalitario
a un estado democrático.
En otros foros se aboga por acciones más
contundentes. Ya no sé que decir ante tanta “falta de
sensibilidad” por parte de nuestros representantes políticos.
O lideran ustedes, con la participación
de la ciudadanía, ese profundo cambio sin mayores dilaciones, o, en
cualquier momento, este país se podría ver envuelto en un grave conflicto social de consecuencias impredecibles.
Cordialmente,