sábado, 19 de octubre de 2013

La Iglesia Católica frente a Jesús de Nazaret o la SICAR frente a la Palabra.-

  "Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme". (Mateo 19, 21)

He invertido varias horas en tratar de localizar en los escritos denominados Evangelios, alguna referencia a la celebración de determinados eventos que son habituales en los rituales católicos, tales como las procesiones de imágenes, ofrenda florales, etc...Pero, -tal vez porque no he sabido buscar adecuadamente-, no he conseguido encontrar nada que haga referencia a ello.

Lo más parecido que he podido hallar, han sido las palabras que, -según los textos consultados-, Jesús de Nazaret pronunció en el transcurso de la denominada "última cena": "Haced esto en conmemoración mía".

Tales palabras las entiendo como un mandato a sus seguidores para que realicen, en comunidad, ese acto que se ha constituido en el núcleo fundamental de la creencia cristiana y, por ende, católica. No soy capaz de inferir de tales palabras el mandato para construir imágenes, sacarlas en procesión u ofrendarles flores.

Sin embargo, sí que existe un pasaje en el que Jesús Nazaret sale en defensa de una mujer que había gastado una importante suma de dinero en unos perfumes para aplicar a los pies del Maestro, cuando uno de sus seguidores recrimina a la mujer por no haber destinado esa importante cantidad de dinero a socorrer a los pobres.

Jesús le dice a su discípulo que lo que hace la mujer está bien, ya que él no estará siempre entre ellos y los pobres siempre estarán. Parece que lo que trata de transmitir Jesús de Nazaret con tales palabras es que estando él, -en presencia física-, entre sus seguidores, es adecuado que se invierta ese dinero en perfumar sus pies; pero, una vez que no esté, serán los pobres los que han de ocupar ese lugar.

Y ya que hablo de los pobres, sobre ellos sí que he encontrado muchas referencias en los Evangelios. Parece deducirse de tales textos que los pobre eran un colectivo de personas a las que Jesús de Nazaret tenía en gran estima; tanto que la gran mayoría de sus seguidores pertenecían a él.

Cuando algún joven rico se acercaba para intentar seguirlo, solía desistir porque aquel mandato: "Véndelo todo, entrégalo a los pobres y sígueme", no era entonces, -ni es ahora-, fácil de cumplir.

En conclusión, los Evangelios no son fuente adecuada para buscar el origen de los eventos inicialmente reseñados, supongo porque éstos no forman parte de lo que se denomina "palabra de Dios". Luego si su institución no se puede asignar a Jesús de Nazaret, tendremos que pensar que la responsabilidad es de los "pastores" que guiaron al "rebaño" en los siglos posteriores.

Siempre he sostenido que es a partir del año 313 de nuestra era, con el denominado "Edicto de Milán", cuando aquella nueva corriente religiosa procedente de Oriente Medio, empieza a construir los pilares de lo que hoy conocemos como Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, en adelante, SICAR.

Pero también es el principio del progresivo abandono de la corriente filosófica que subyacía en lo que denominamos "doctrina cristiana"; iniciándose una nueva "filosofía" que ha impregnado, -y sigue impregnando-, durante veinte siglos a la SICAR.

Esa "nueva filosofía", sin lugar a dudas, a partir de febrero del año 380, -al declarar el emperador Teodosio el cristianismo religión oficial del imperio-, se empieza a nutrir con mayor eficacia, -ya se llevaban bastantes decenas de años acudiendo a ellas- de fuentes que eran propias de la civilización romana.

Por un lado, la representación de los dioses mediante esculturas, bajorrelieves, pinturas, etc...; y, por otro, la incorporación del concepto dualista "poder temporal-poder divino". Recordemos a los faraones egipcios y a los propios emperadores romanos.

De ahí, a instaurar ritos, -basados en los que existieron en el imperio u otras civilizaciones de la cuenca mediterránea-, no hubo más que determinados intereses de los que "pastoreaban el rebaño", que asumían con gusto esa nueva situación de poder a la que habían sido elevados.

A partir de aquí, ¿qué les puedo contar que no sepan?. Siglos en los que la SICAR fue imponiendo su poder al "rebaño" y a los que se consideraban líderes del mismo. Siglos de oscurantismo, -del que aún no hemos salido-, y  de atroces barbaridades, -de las que aún estamos sufriendo las consecuencias-, realizadas en el nombre de Dios, sin que Dios tuviera nada que decir.

De esa manera, aquella filosofía del cristianismo primigenio, aquella filosofía que consideraba a los pobres los herederos de Jesús de Nazaret, sucumbió frente al inmenso poder, a la corrupción, a los intereses y al despotismo de los nuevos "pastores"...Los "pastores" de la SICAR.

Por ello, llevo años sosteniendo que la SICAR es una aberración de aquel cristianismo primigenio, de aquella filosofía que transmitió Jesús de Nazaret.

Desde tal perspectiva no resulta difícil entender que los "pastores" actuales de la SICAR, no solo permitan, sino que fomenten ritos y tradiciones que son absolutamente contrarios a la que ellos denominan "Doctrina de Jesús".

No con esta amplitud, comentaba hace unos días el asunto con uno de los "grandes pastores" de la SICAR.

Le decía que no entendía cómo era posible que se permitiese y fomentase una ofrenda floral a la Virgen del Pilar, a la que se destinaron, -según los cálculos que he podido hacer con los datos obtenidos en los informativos-, más de UN MILLÓN DOSCIENTOS MIL EUROS, -sólo en flores-, cuando existen en Zaragoza, -y cualquier otra localidad española-, miles de personas, muchas de ellas niños, que están literalmente pasando hambre.

Y hay cientos de ofrendas a vírgenes, cristos santos y el sursuncorda, en todo el territorio nacional a lo largo del año.


Le instaba a que, -como ya se hizo en alguna parroquia el año pasado-, los "importantes pastores" de la SICAR, recondujesen al "rebaño", -mediante "pastorales"-hacia posturas más próximas a la "Doctrina de Jesús", sustituyendo la ofrenda floral por una ofrenda de artículos de alimentación u otros bienes necesarios para esos herederos de Jesús: los pobres.

Es posible que los "corderos" sean ya difíciles de reconducir. Es lo que ocurre cuando los "pastores" no sólo no se ocupan de eliminar tendencias inapropiadas, -inapropiadas, ¿para quién?-, sino que las fomentan.


Y, ¡claro!, después ocurre lo que ocurre: Moisés coge un cabreo de espanto cuando baja del monte y no se le ocurre otra cosa que estrellar contra las rocas las "Tablas de la Ley" o, más recientemente, el mismo Dios se ve obligado a desalojar el templo látigo en mano, porque "el rebaño" lo está profanando con sus mercadeos.

Y, para terminar, una pregunta: ¿qué se está profanando hoy?. Para mí, la respuesta es muy clara: eso que la SICAR denomina "la palabra de Dios".

Pedro L. Alcántara
  pedroleopoldoalcantara@gmail.com                                                                                                                                         facebook.com/pedroleopoldo.alcantara                                                                                                                          https://twitter.com/PedroLeoAlcanta                    

P.S. Respeto todas las opiniones, ideologías y creencias. No he tratado de hacer una gratuita crítica de la SICAR como institución, sino de la absoluta falta de coherencia entre lo que se hace realmente y lo que se debería hacer de seguirse la prédica de Jesús de Nazaret, -según lo que he podido leer en los escritos denominados Evangelios-. Pero, en todo caso, cada uno es libre de actuar como considere más adecuado.



No hay comentarios:

Publicar un comentario